Sabía que el bienestar iba a llegar de un momento para el otro, y que me iba a hacer parecer una estúpida. Es cierto, todavía me duele pero la respuesta a esa pregunta es no: no vale la pena.
Me ayudó pedir disculpas a quienes merecían oírlas, más allá de que las acepten o no. Me hizo bien darme cuenta de cómo son las cosas.
Sé que un programa de televisión no es la vida real, ni mucho menos. Pero ver cómo Joey y Ross hablan de lo que el primero siente por Rachel me hizo dar cuenta de lo que significa una amistad. Joey le explica que siente cosas por Rachel, pero que no va a hacer nada por eso, para no perder la amistad de Ross. Rachel puede elegir sin lastimar a nadie: está en todo su derecho a salir con Joey si así lo prefiere, porque ya no está más con Ross.
¿Que ironía no? Pero, ya te digo, no voy a arruinar mi felicidad (tan espontanea como efímera) por alguien como vos.
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