Que cruel que es la vida.
No me cansa que la gente no entienda lo que quiero o por qué lo quiero. Me enferma que no lo respeten. Idiotas, me chupa un huevo que no lo aprueben: voy a tener un gato macho y le voy a poner Alejandra. No necesito que me digan si está bien o no, si les gusta o no. Es mi decisión, y si al gato no le gusta, se irá.
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